El trabajo defendido, que propone también a las III JIDAV, describe diez rutas turísticas por Abarán; una urbana; cinco denominadas de baja dificultad que recorren el entorno del Segura y sus ramblas; y cuatro clasificadas como de mayor dificultad, que transitan por interesantes parajes de las sierras del Oro y la Pila. Aunando el rigor y el uso de modernas técnicas geográficas con el interés por el desarrollo turístico, Álvaro plantea un proyecto de señalización y puesta en valor, apoyándose en el importante patrimonio histórico, cultural y natural del municipio. No olvida delimitar también las debilidades del mismo que identifica con la degradación ambiental, así como con la falta de infraestructuras turísticas. Para terminar, presenta un presupuesto económico que, apoyado en el trabajo del voluntariado, resulta muy limitado y viable.
